miércoles, 4 de agosto de 2010

FORMA COOPERATIVA EL APRENDIZAJE EN EL
AULA
Documento de Trabajo
Pere Pujolàs Maset.
LABORATORIO DE PSICOPEDAGOGÍA. Universidad de Vic
Zaragoza. Noviembre de 2002

“EL APREDIZAJE COOPERATIVO. Algunas propuestas para organizar de forma cooperativa el aprendizaje en el aula”
Pere Pujolàs (Universidad de Vic). Zaragoza, noviembre de 2002.

Últimamente se habla mucho de aprendizaje cooperativo en la escuela, como un recurso o estrategia para atender la diversidad. De todas formas, el aprendizaje cooperativo, en la escuela, no es algo nuevo. En muchas escuelas unitarias se practicaba y se sigue practicando desde hace mucho tiempo: unos alumnos -generalmente los mayores o más avanzados- enseñan a los demás -generalmente los más pequeños o menos avanzados-. Ovejero (1990) recuerda que Commenius, pedagogo del siglo XVII (1592-1670), creía firmemente que los estudiantes se beneficiarían tanto de enseñar a otros estudiantes como de ser enseñados por ellos. Y en el siglo XVIII, Joseph Lancaster y Andrew Bell utilizaron en Inglaterra los grupos de aprendizaje cooperativo que más tarde exportaron a Estados Unidos. Esta tradición, en este último país, fue continuada por Francis Parker -que popularizó el aprendizaje cooperativo hasta el extremo que se unieron a este movimiento cooperativo más de 30.000 profesores (según Campbell, 1965, citado por Ovejero, 1990)- y por John Dewey, quien introdujo el aprendizaje cooperativo como un elemento esencial de su modelo de instrucción democrática. Sin embargo, continúa explicando Ovejero (1990), a finales de los años 30, en Estados Unidos, fue la competición individual -y, con ella, la que más adelante describiré como una estructura de aprendizaje competitiva- la que comenzó a destacar y a predominar en las escuelas de aquel país, "de forma que durante los últimos 50 años en los EE.UU. y en general en todo el mundo occidental la escuela no ha reflejado sino un exagerado énfasis en el aprendizaje competitivo e individualista, olvidando casi totalmente el cooperativo, que no ocupa, en cifras de Johnson, sino un 7 % del tiempo escolar total." (Ovejero, 1990, p. 156).

Finalmente, hacia medianos de los años 70, también en EE.UU., resurge de nuevo el interés por el aprendizaje cooperativo, de la mano de investigadores como los hermanos David y Roger Johnson y sus colaboradores en el Cooperative Learning Center de la Universidad de Minnesota, en Minneapolis; Elliott Aronson -creador de la famosa técnica de aprendizaje cooperativo conocida como "Jigsaw" (rompecabezas)- en la Universidad de Santa Cruz (California); y Robert Slavin, de la Johns Hopkins University, por citar sólo los más conocidos en nuestro país.


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